COMERCIO INFORMAL EN EL PARQUE DE BELÉN.
Este capítulo habla de las diferentes
formas de comercio informal que se puede observar en el Parque de Belén y la
relación de este tipo de comercio con los diferentes locales ubicados en el
marco del parque, además de su relación directa con la Subsecretaria de Espacio
Público de Medellín y los visitantes del parque.
En el parque se puede observar diariamente
una gran actividad comercial, donde no solo los locales como bancos,
supermercados, restaurantes, droguerías, almacenes, casinos y demás hacen parte
de esta actividad, los comerciantes informales también juegan un papel muy
importante dentro del parque, generando diferentes fenómenos sociales y
económicos por medio de la interacción con los demás agentes sociales del
parque. “Allí está cerca del 7% de la actividad económica de Medellín”
argumenta David E. Santos Gómez, en el artículo: “Belén: una ciudad dentro de
la ciudad”, publicado el martes 30 de abril en el Colombiano, donde también se
menciona el desempleo, “Sus habitantes dicen que se vive bien, pero falta más
empleo”.
“El comercio informal es aquel que no se
rige por las normativas y leyes relativas a las transacciones de bienes y/o
servicios en la sociedad”, hoy en día vemos la gran cantidad de personas que
hacen parte de este en nuestra ciudad y eso se debe a que este comercio genera
trabajo para cualquier tipo de persona, dándole la oportunidad a gente de muy
bajos recursos de sobrevivir.
El parque no es ajeno a este fenómeno
social, don José “El Manguero”, se dedicó a vender mangos en el parque después
de que lo despidieron de la empresa donde trabajaba, en nuestro trabajo de
campo observamos un gran número de personas de diferentes edades que ejercen
este tipo de comercio, ofreciendo una diversidad notable de productos y
servicios, desde siempre se ha visto esta manera de sustento en el parque,
Raúl, el señor que esperaba la misa de 12 un domingo, comparte nuestra idea
“Toda esta gente han sido comerciantes de aquí, han vivido aquí toda la vida”.
Entre vendedores ambulantes, vendedores de
comida rápida, lustrabotas, artesanos y la gente del proyecto Mercados
Campesinos se constituye el comercio informal del Parque de Belén, donde la
mayoría cuentan con el permiso de Espacio Público, contribuyendo a la
comercialización de la zona, como es el caso de Jaime Vanegas, lustrador de
botas, que trabaja en el parque hace 10 años y su horario es de 8 de la mañana
a 5 de la tarde de lunes a sábado, cuando le preguntamos si tenía permiso de
Espacio Público, en sus respuestas nos resumió como fueron organizados los
lustrabotas del parque: “A si mi amor, eso tiene que ser carnetizado con todas
las de la ley como espacio público, es que primero éramos uno por allí, otro
por allí, otro por allí, entonces después se apareció espacio público y nos
organizaron, pues nos carnetizarón y teníamos que estar asistiendo a reuniones
y todo eso con la secretaria de espacio público y todo eso y ya después nos
montaron estos módulos con el fin de que no estuvieran uno por allí, otro por
allí, otro por allá si no que nos querían ver bien organizados”, “cuando iban a
colocar esto (los módulos) lo iban a colocar disque al lado de allá que tenía
disque más espacio y le dije yo al fuerte de espacio público no pues como nos
vas a mandar para allá si eso por allá es muerto, entonces después se puso a
analizar las cosas y me dijo: si ome Jaime si, vos tenes toda la razón”, además
nos contó que con el proceso de carnetizacion, a los lustrabotas se les dio un
numero de puesto para trabajar y guardar sus cosas.
Aunque otros dicen tener sus papeles en
trámite, como Eduardo López que trabaja en el parque hace unos 30 años
vendiendo variedades, miscelánea, matas artificiales y en este momento está
trabajando con lo de la madre Laura (imágenes, afiches), dice que “Hace más de
un día nos tiene congelados los permisos y sin permisos no dejan trabajar, hace
más de 5 años he mandado varias veces solicitud de permiso y no autorizan”, o
Fernando López, que lleva poco tiempo de trabajar en el parque y dice que: “la
cuestión es que viene unos manes, que yo no puedo trabajar aquí, con los
minutos, que porque tengo q pedir permiso”, además de ofrecer minutos, Fernando
abastece de tinto a muchos de los visitantes del parque desde las 5 de la
mañana hasta las 8:30 de la noche y así mismo (sin permiso) esta otra vendedora
ambulante, ella vende minutos y mecato
desde hace año y medio en el parque, dice que viene diariamente porque ese es
su único medio de subsistencia.
Y hay unos que simplemente no lo tienen,
este es el caso de Ramón que al igual que Fernando, lleva poco tiempo trabajando
en el parque, empezó apenas en Noviembre del año pasado y por este motivo le
toca cambiar de ubicación todos los días.
Además de frutas movilizadas en una carreta
y promocionadas por medio de un megáfono, entre los productos y servicios de
los vendedores ambulantes encontramos: chicles, minutos a celular y a fijo,
periódicos, libros, juguetes, cigarrillos, dulces, mecato, tintos, críspelas,
aguacates, calcomanías, churros, cremas, cuadros, artículos religiosos incluso
antigüedades, entre otros, “No, porque ofrecemos productos diferentes”
respondió Ramón (vendedor ambulante) a nuestra pregunta: ¿Los otros ambulantes
no afectan sus ventas?, pero a otros si los afecta, como a Martin Rodríguez,
vendedor de periódicos que dice que hay muchos que distribuyen la prensa,
muchos vendedores.
Quizás hay gente que se cuestione si los
vendedores ambulantes afecten los negocios del marco del parque, con las
visitas pudimos observar una retroalimentación entre los diferentes locales y
el comercio informal, algunos trabajadores de diferentes locales como:
Calzatodo, Belén.net, Arepas de Chócolo Las Machas dijeron que los vendedores
ambulantes no les afectan el negocio, aunque por medio de la observación
participante supimos de un local que se queja estos, Lucia Ibarro, trabajadora
de Sabor Caleño nos contó que en ocasiones estos molestan mucho a los clientes
y que algunos eran agresivos.
En
el artículo “Belén: una ciudad dentro de la ciudad”, David E. Santos cita al
presidente de la Junta Administrativa Local de la comuna 16: Julio Betancur,
que dice: "Aquí encuentra usted desde estrato uno hasta estrato seis"
y esto se debe a que 21 barrios en una amplia zona de varios estratos componen
a Belén, con las respuestas de la pregunta: ¿Qué tipo de gente le compra más?,
realizada a algunos vendedores ambulantes, se puede evidenciar el tema de la
diversidad de estratos y otros aspecto: “La mayoría es gente de aquí de Belén,
yo trabajo los domingos únicamente, los que salen de la iglesia de 7, 8, 9, 11
y 12”, “Jóvenes”, “Todo mundo, los que viven alrededor o los que vienen hacer
sus vueltas a los bancos”, “Todo tipo”, cabe resaltar que la mayoría de la
gente que compra es de Belén, así mismo la mayoría de los vendedores ambulantes
viven en Belén.
Al igual que a los vendedores ambulantes,
las personas que le compran a los artesanos, son personas que pueden ubicarse
en diferentes públicos, Patricia Cossio que vende manualidades y German Puente
que en su toldo vende más que todo bufandas y gorros, nos contaron acerca de
esta diversidad de públicos, estas fueron sus respuestas respectivamente: “No
eso es muy relativo, eso está entre todos, jóvenes, adultos mayores, todos
compran, todos colaboran”, “A eso es como en todo mi amor, por eso se llama
feria, el que le gusta el producto es el que compra, más que todo la gente de
acá de la ciudad”.
A ellos se les realizo una entrevista y
estos fueron algunos datos de los que obtuvimos:
• No
los patrocina nadie, Espacio Público les da el permiso y cada toldo paga entre
15 y 20 mil pesos diarios, es decir, aproximadamente 75 mil los cinco días.
• Vienen
al Parque de Belén cada 15 días o cada un mes.
• El
grupo de artesanos viene desde hace 15 o 20 años aproximadamente.
• Además
del Parque de Belén, van a otros parques como el de las Luces, San Ignacio, San
Javier, Explora, etc.
• La
mayoría de los artesanos son de acá de Medellín.
• Se
sitúan en los parques porque es una tradición y para cambiar la imagen del
parque.
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Como mencionamos al inicio del capítulo, los vendedores de comida rápida también son participantes directos en el comercio informal, en el Parque de Belén solo se sitúan dos carritos, uno en el interior del parque, en la esquina donde la gente se reúne a jugar cartas y dominó, salen desde las 4 y se van a las 12 aproximadamente y además de ofrecer hamburguesas, perros, butifarras, etc son muy reconocidos en el sector por su famosa chunchurria, el otro carrito, se ubica al frente del Banco Caja Social y pertenece a Fabio Enrique Monsalve Puerta, conocido por muchos como “el mono”, vive en Belén Rincón y trabaja en el parque hace 22 años de 5 a 12 de la noche, ofrece lo mismo del otro carrito, menos chunchurria, pero en la noche se puede ver varios jóvenes comprándole la famosa y deliciosa hamburguesa pequeña de 2.500 pesos, la cual probamos, aprovechando que estábamos allí haciéndole la entrevista y le preguntamos por el tipo de gente que más le compra y esta fue su respuesta: “A mí me compra todo tipo de gente, vecinos, la clientela mía es muy relativa porque no es solamente un tipo de gente o una empresa, es gente que va en los vehículos, que se desplaza para las casas, que vienen de farrear”.
Como mencionamos al inicio del capítulo, los vendedores de comida rápida también son participantes directos en el comercio informal, en el Parque de Belén solo se sitúan dos carritos, uno en el interior del parque, en la esquina donde la gente se reúne a jugar cartas y dominó, salen desde las 4 y se van a las 12 aproximadamente y además de ofrecer hamburguesas, perros, butifarras, etc son muy reconocidos en el sector por su famosa chunchurria, el otro carrito, se ubica al frente del Banco Caja Social y pertenece a Fabio Enrique Monsalve Puerta, conocido por muchos como “el mono”, vive en Belén Rincón y trabaja en el parque hace 22 años de 5 a 12 de la noche, ofrece lo mismo del otro carrito, menos chunchurria, pero en la noche se puede ver varios jóvenes comprándole la famosa y deliciosa hamburguesa pequeña de 2.500 pesos, la cual probamos, aprovechando que estábamos allí haciéndole la entrevista y le preguntamos por el tipo de gente que más le compra y esta fue su respuesta: “A mí me compra todo tipo de gente, vecinos, la clientela mía es muy relativa porque no es solamente un tipo de gente o una empresa, es gente que va en los vehículos, que se desplaza para las casas, que vienen de farrear”.
Ya hemos hablado de vendedores ambulantes,
vendedores de comida rápida, lustrabotas y artesanos, ahora corresponde hablar
de la gente del proyecto Mercados Campesinos.
La siguiente información, fue sacada de la
página de la Alcaldía de Medellín, por medio de este texto, Andrea González
Ospina, plantea algunos beneficios de los Mercados Campesinos: “Los asistentes
encontrarán productos naturales ofrecidos por los campesinos en puestos de
venta organizados, limpios y con excelente presentación. Al eliminar las
cadenas de intermediarios, los productos tienen precios más bajos que en
almacenes de cadena, tiendas y supermercados. Gracias a las prácticas agrícolas
limpias y amigables con el ambiente, se incentiva el consumo de alimentos
saludables, orgánicos y libres de venenos, conservantes, colorantes y aditivos
dañinos para la salud”.
El proyecto empezó hace 24 años “con el
objetivo de apoyar a los productores de los cinco corregimientos de Medellín”,
el proyecto se desarrolla gracias a la Unidad de Desarrollo Rural Agropecuario,
este proyecto toma lugar en 10 barrios como: Laureles, Belén, Floresta, Santa
Lucía, Carlos E. Restrepo, San Pablo, Cristo Rey, El Poblado, San Antonio de
Prado y San Joaquín, donde los fines de semana podemos encontrar frutas,
verduras, hortalizas, hierbas aromáticas, además de productos preparados como
panes, mermeladas, conservas y artesanías.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Luz
Alba Londoño que pertenece al proyecto, vive en Santa Elena y viene al parque
hace 55 años, dice que no tienen horario “Nos venimos faltando 20 para la 1 y
llegamos aquí a las 3, y nos quedamos hasta las 2, 3 o 4 no tenemos horario”,
también hablamos con Javier Giraldo, vive en Belén y viene al parque “Por ahí
15 o 16 años”, nos dice que la mayoría
de sus compañeros son de Palmitas o Santa Elena, viene los sábados y domingos
desde las 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde y al preguntarle por la gente
que le compra, respondió: “Eso no tiene consistencia, los que salen de la
iglesia., todos en general”.
Sin duda, la actividad de comercio informal
es fundamental para el Parque de Belén y junto con los negocios de su
alrededor, posicionan la comuna 16 como una gran fuente de comercio y economía.
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